PLANTAS ALUCINOGENAS EN SANTIAGO

Un tour por Santiago Psicoactivo.-
Por Dr. FLOYD.

Tarde de brisas en Calera de Tango, espero el bus que me llevará a mi destino. Gratamente sorprendido por la belleza del paisaje y sus caminos donde pareciera que el transantiago solo es un mito, reflexiono sobre plantas psicoactivas y así aparece ante mí, sublime, elegante y bella. Cuelgan sus campanas lilas, en busca del vital sol, flores lilas, acampanadas, si, son ellas, ante mí, la enredadera del suspiro, científicamente conocida como “ipomea violácea”. Una especie muy abundante en la zona, aparece en calles, jardines, prados, en fin, abundancia de un psicoactivo desconocido, cuyo efecto, es muy similar al acido. Se prepara en infusiones de sus hojas y semillas, donde radica su mayor concentración de psicoactivos. Las semillas hembra (Ololiuqui), son de color café y ancestralmente se utilizaba solo por mujeres. Las semillas macho, son de color negro y son más psicoactivas, pues contienen alcaloides de Ergot, además de Serotonina y ácidos lisérgicos, que alteran la percepción.

Desde la etnobotanica, existen registros de sus usos en la zona precolombina de Meso América, más específicamente en la zona de Oaxaca, cuyas culturas la utilizaron como una planta sagrada.

Mi sorpresa es mayor cuando se presenta en aquel escenario, flores campanenates, amarillas y blancas. con una inusual abundancia pude contemplar varios arbustos de floripondio. Esta especie es una de las más conocidas popularmente, muchas formas de prepararlas y volás que van desde la total indiferencia hasta casos extremos por intoxicación severa, exceso de dosis. Perteneciente a la familia de las brugmansias, cuyos principales componentes psicoactivos son la escopolamina, hioscamina, atropina y los variados alcaloides del grupo tropano (bloqueadores del sistema nervioso) tales como norescopolamina, aposcopolamina, metelodina, entre otros. De efecto alucinógeno embriagador, es capaz de hacerte perder la razón por completo.

El sol, un tanto abrasador, me da la bienvenida al gran Santiago, me encuentro ya en el cerro San Cristóbal, acceso Pedro de Valdivia. Me impresiona ver la cantidad de flora presente enclavada en medio de la urbe. Se levanta majestuoso ante mí un gran jardín botánico, cuyas especies me invitan a la reflexión. Rápidamente comienzo a contemplar algunas especies que son de un gran poder psicoactivo, y que por falta de difusión, son casi desconocidos. A mi derecha, me encuentro, con un arbusto de tamaño medio, frondoso y con unas vainas muy especiales, cargadas con espinas gruesas y semillas de pequeño tamaño, completamente negras y muy abundantes. A simple vista pareciera ser solo una maleza, pero observo bien y logro percibir un gran parecido a las “Daturas”, creo no estar equivocado, ante mi Datura Stramoniumo o Datura Ferox conocida popularmente como “Chamico” o “Toloache”. De alto poder alucinógeno, y cuyo uso debe ser guiado sólo por alguien que entienda de la materia, pues sin lugar a dudas es uno de los psicoactivos más fuertes que nos ha entregado la madre tierra, y a su vez, un tanto peligroso. Sus componentes psicoactivos son del grupo de los tropanos.

En nuestras culturas ancestrales, principalmente en la zona de América intermedia (Colombia, Ecuador y principalmente al sur de la amazonia), el Chamico o Toé como es conocido en algunas zonas, se utilizó con fines principalmente enteogénicos y visionarios, como una especie de designio sagrado, cuyo mensaje se debe reflexionar. Tal vez por esto, las Daturas son las especies mas asociadas a la magia en el universo indígena.

Santiago pareciera ser todo de cemento, y no dar lugar para albergar estas especies, sin embargo ya he logrado observar varias de ellas, en este lugar hay una que otra especie psicoactiva. Por ahora, me empeño en buscarlas más detenidamente. Sigo mi ascenso, especies vegetales por doquier, ya cuando he alcanzado, creo, la mitad del camino, un gran “aliado” me da la bienvenida. Digo “aliado”, pues he tenido experiencias muy provechosas y placenteras en anteriores experiencias con esta especie. Es un árbol de tamaño medio, ramas largas, coronadas por sus hojas verde pálidas, y en cuya cúspide aparece su flor roja. Si, es Latué (Latua Publiflora), una sagrada planta visionaria, utilizada principalmente por su alto poder visionario, en nuestra cultura mapuche, donde se percibe como una planta con espíritu, con el cual se dialoga. Frutos y hojas contienen el aporte psicoativo, donde el principal aporte lo hace la Hyosciamina, con un 0.15% aprox. Y 0.08% de escopolamina. Es impresionante la cantidad de especies que tienen aplicaciones terapéuticas y medicinales. Bailahuen, Hierba del Barraco, Rosa mosqueta, son algunas de ellas, presentes en este lugar.-

Cuando el sol se dispone ya a descansar, es la hora de bajar, tanto del cerro como del cielo. Camino de regreso, esta vez por el acceso Pio Nono, parte de Recoleta, arquitectura antigua y bien decorada adornaban, sin duda, el ejemplar más grande y hermoso que he tenido la oportunidad de contemplar. Un San Pedro (trichocereus pachanoi) de tres o cuatro metros fáciles. Eran cuatro hermanos en la misma tierra, cuatro “peyotes” (como errada y popularmente lo conoce la mayoría de la gente), cuatro sabios amautas del Tawantinsuyo, imponentes, sublimes, arqueológicos, bellos.

Los contemplé y viajé. Recordé aquellas experiencias con la mezcalina, principal psicoativo que contienen esta especie, y cuya reacción es similar, de algún modo, a la reacción que produce la Ayahuasca, pues la experiencia psicoactiva de la mezcalina, es similar, en cuanto a asimilación, a la del DMT (dymetril triptamina). También es cierto que el San Pedro tiene distintas formas de prepararse, y ahí radica la concentración de su psicoactivo, sin perjuicio de esto último, la mezcalina se concentra principalmente en la corteza verdusca, en la carne, las concentraciones son mínimas.

Sin quererlo, me di cuenta que Santiago alberga en sus tierras, una variedad interesante de especies psicoactivas, un sin fin de plantas medicinales, que se encuentran diseminados en los lugares mas insospechados, tomando en cuenta que solo me aboqué al sector céntrico de la capital y en una búsqueda no muy detenida. En casas, jardines, cerros, calles, peladeros, etc. Especies, cuyas propiedades esconden efectos psicoactivos de diferente calibre y sensaciones, es decir, para cada experiencia, para cada viaje.

Santiago es un urbe muy toxica, muy concentrada y contaminada, asunto que todos de algún modo conocemos, sin embargo, existe este otro Santiago, aquel que contiene en sus calles de cemento, el legado ancestral de especies vegetales que llevan miles de años en este lugar, que esconden un sabio conocimiento, que debemos aprender, reflexionar y aplicarlo a nuestras vidas, pues las experiencias psicoactivas con las llamadas plantas de poder nos entregan un mensaje que trasciende la vida terrenal y muchas veces, quizás en su mayoría, nos conecta con energías espirituales, que nos develan muchos caminos de la vida, hasta ahora ignorados.
Ahora, a la luz de la reflexión me pregunto ¿Qué tan psicoativo es Santiago?...Si lo supieran!!!!....